En la incubadora, la gestión de pediluvios, sistemas de barrera y la higiene de las manos y la ropa muchas veces es uno de los aspectos que más se pasa por alto y se olvida para prevenir la propagación de bacterias. El uso automático de dichos sistemas debería convertirse en costumbre para el personal y los visitantes de las incubadoras, dado que estudios recientes de muestras de calzado de granja han vuelto a demostrar claramente que constituyen un factor de riesgo importante ¡con una prevalencia de Salmonella del 19,7%! (Prev. Vet Med., 2011).